(del laberinto al treinta)


sábado, 15 de noviembre de 2014

PODEMOS / PSOE: la infamante comparación

Una de las mayores insidias –más bien infamia- que se están vertiendo en los últimos meses contra PODEMOS proviene de parte de esa izquierda entre atónita y aturdida convertida en menos de medio año en su felpudo y consiste en compararlo con el PSOE de 1981-83. Se trata de un ataque aún más virulento que el que perpetra sistemáticamente y con la imaginación que la caracteriza la derecha pendulante entre la halitosis perifranquista y la repulida socialdemopollas, que no es capaz de ir más allá de sacar ante sus niños-votantes el espantajo con cuernos y rabo castrista-bolivariano.

El intríngulis de la comparación estaría en asimilar en ambas formaciones unos orígenes supuestamente puros, idealistas, en cuyo desarrollo posterior de crisálida inocente representante del pueblo a mortal mantis instalada en el gobierno se constata un acelerado proceso de putrefacción fruto de la realpolitik, de la falta de cuadros y sobre todo de la corrupción de sus líderes.

Independientemente de los elementos comunes que pueden salvarse de ese análisis, verbigracia, que se trata de dos partidos de nuevo cuño aunque enraizados en tradiciones izquierdistas más o menos transformadas o incluso traicionadas conscientemente, las defecciones estratégicas y tácticas ya en origen en que tenga que incurrir el nuevo partido y la posibilidad de que se les cuele lo peor de cada casa por falta de cuadros y militancia añeja como les ocurrió a los de la chaqueta de pana (¿o fue premeditado?), la comparación es infamante porque su propio nacimiento responde no ya a circunstancias, sino a intereses completamente opuestos.

La dinámica de poder en eso que llamamos Transición pero que en realidad no fue más que una Segunda Restauración Borbónica tras El Escarmiento y la consecuente regencia franquista de las fuerzas caciquiles hispanas agrupadas bajo el manto ideológico del nacionalcatolicismo de siempre tuvo dos vertientes: una interna y otra externa. Ambas buscaban lo mismo: el control de las fuerzas populares que podían amenazar el control del cortijo que venían ejerciendo secularmente unos y las nuevas expectativas de negocio de los otros.

En la dinámica interna jugó un papel fundamental el miedo: miedo de los franquistas a la venganza de los vencidos, el miedo de los emergentes partidos a una nueva involución, pero sobre todo un miedo metido en la médula de los huesos de las gentes comunes justificado en el recuerdo de cómo se las gastaba la banda de genocidas que había secuestrado a punta de pistola el estado durante cuarenta años. Lo cual no quiere decir que no hubiera habido mucha, mucha gente que se jugó el tipo para acelerar el proceso desmontador y tratar de evitar el gatopardismo que luego triunfó descaradamente. Como ha explicado muchas veces Gregorio Morán esa dinámica interna se gestó entre muy pocas personas con verdadero poder de decisión que jugaron con las cartas marcadas engañando unas veces al ejército fascista, otras a los pocos demócratas liberales pata negra que galleaban y siempre, siempre a la clase trabajadora, con la inestimable colaboración de un completamente domesticado Santiago Carrillo que se ofreció a controlar al entonces esperanzado y muy pujante movimiento obrero a cambio de la promesa de un azucarillo - ministerio para él, que encima nunca consiguió. Todo para hacer un ajuste general en el que los crímenes nacionalcatólicos quedaban olvidados, olvidados los muertos en las fosas y el fruto del botín de guerra en las manos de los asesinos, ahora demócratas de toda la vida. Pero como muchos hilos del proceso no estaba perfectamente controlados y el miedo de la gente empezaba a disolverse fue necesario un nuevo escarmiento, esta vez pequeñito, pero no menos efectivo: el 23F, que no fue más que el uso controlado del freno de seguridad gatopardista para evitar que la boca de botella democrática se convirtiera en otra de tinaja en la que todos, y especialmente las clases populares, pudieran meter cazo, sacando a orear el secular miedo guardado en la alacena nacional.

Es probable que, como dicen los intelectuales áulicos, de los que pronto supo rodearse y comprar el PSOE, los de la Bodeguiya y los cebrianistas, no pudo hacerse otra cosa que la que se hizo, pero como dice también siempre Juan Carlos Monedero la culpa fundamental de quien tenía voz no fue tanto el no haber luchado lo suficiente como el haber escamoteado el relato auténtico y contribuido a su sustitución por otro mítico convertido a la postre en sagrado. Y bajo la cobertura de ese relato intocable el franquismo, el nacionalcatolicismo secular hispánico, pudo instalarse cómodamente en todas y cada una de las estructuras del estado más o menos camuflado. La mierda que sale actualmente por todos los poros del estado español no es más que el apestoso sudor del franquismo enquistado bajo su piel, la piel de un cuerpo al que nunca se sometió a una ducha democrática en condiciones.

En cuanto a la dinámica externa los actores son diferentes. En primer lugar el capital financiero internacional y el industrial propiamente alemán que vieron sagazmente cómo a la muerte del Caudillo podían acelerar sustancialmente la penetración que con falsos guantes higiénicos venían practicando en España desde los años 60. La estabilización democrática del estado español (30 millones de consumidores nada menos) lo colocaba en una situación inmejorable para ser convertido en un enorme mercado en el que vender lo suyo. Es así que un año antes del feliz fallecimiento ambos capitales comenzaron las maniobras orquestales en la oscuridad para asegurarse de que el asunto no se les fuese a escapar fácilmente.

Un puñadito de pícaros sin escrúpulos con acento sevillano fue contratado para iniciar la Operación Machado. Infiltrados en el histórico Partido Socialista Obrero Español, cuya dirección se encontraba totalmente en el exilio, consiguieron en un congreso hacerse con él mediante un planificado golpe de mano, al que asistieron los cabezas de la socialdemocracia franco-alemana para asegurarse de que todo ocurría según sus designios. Hay quien dice -y es probable que no les falte razón- que la CIA también asomó por allí la cresta. Eliminados los elementos del socialismo histórico del cuerpo del partido lo parasitaron y vaciaron sus carnes dejando sólo una piel bajo la que sus empleadores metieron los mecanismos necesarios para que el engendro cumpliera la misión para cuyo éxito estaban invirtiendo ingentes cantidades de dinero.

La misión que se le encomendó al robotizado PSOE fue, debida y generosamente financiado, aterrizar en el terreno político español, del que por su falta de actividad militante en el franquismo se encontraba casi completamente ausente, y hacerse un hueco importante desde el que servir de cabeza de puente al capitalismo centroeuropeo antes de que las malas bestias fascistas o el empuje reinvindicativo de la clase obrera consiguiesen parar tanto el proceso gatopardista interno como el allanamiento del camino por el que estaba previsto que harían su entrada triunfal en el país los tanques del capitalismo salvaje. Las ingentes cantidades de pasta que recibieron de la Europa de los Mercaderes, la pasmosa, por facilísima, domesticación del PCE por la recién recalificada burguesía franquista, el miedo metido en el cuerpo social tras el 23F, la incompetencia del travestismo demócrata franquista en gestionar su propia estrategia y el contar con la artillería mediática comprada especialmente para ellos por sus patrones, especialmente el diario El País, colocaron en dos zancadas a los trileros sevillanos a la cabeza de un estado cuyos ciudadanos vivían en un estado de zozobra y estupefacción permanente desde donde pactar directamente con la burguesía franquista la ley del silencio respecto a la justicia y al botín a cambio de poder. Seguidamente pusieron voluntariamente la educación a las manos del nacionalcatolicismo de la Iglesia por pura especulación económica más que ideológica (colegio subvencionado, colegio público que me ahorro..., el monopolio clerical de las editoriales, etc…), aunque ello les aseguró además y de paso cierta contención crítica por parte de la mafia vaticana, y subvencionaron tan generosamente a la casta militar que ni en cien años podremos terminar de pagar la deuda generada por la compra de sus juguetes. Y se rindieron a los intereses de Francia consolidando la traición que el estado español consumó contra el pueblo saharaui.

Lo demás, o sea el cumplimiento de sus compromisos con el capital internacional sería pan comido: imponer la entrada en la CEE y en la OTAN mediante agresivas e intimidantes campañas mediáticas, repartir poder con las recién creadas comunidades y convencer a sus élites de que el signo de la economía había cambiado: desmantelar la industria siderúrgica y la producción agrícola para que Europa nos adoptara y nos llovieran las ayudas con el fin de no competir con sus diferentes tejidos productivos: España sería sí o sí un país de servicios y de consumo que absorvería los brutales excedentes de los beneficios de la industria alemana en forma de préstamos baratos dedicados al monocultivo del ladrillo asociado al del turismo. Ello crearía una irisada burbuja especulativa en la que los españoles pensamos que habíamos alcanzado ya EN EUROPA el nivel de los alemanes y franceses.

Fue cuando llegó la hora de pagar los réditos de LA DEUDA cuando descubrimos la verdadera tramoya que sustentaba todo el decorado de la Ópera del Bienestar que habíamos estado representando. Pero nada de eso pertenece a la casuística. Es un proceso aproximadamente controlado en el que el PSOE hizo el papel de condón que se puso el capitalismo europeo y norteamericano para jodernos sin miedo a preñarnos de rebeldía. Luego vendrían los auténticos liberales a la hispana, los representantes de la carcunda roñosa de la hispanidad eterna que aprendieron pronto de los socialistas cómo hacer bien las cosas, a rematar la faena.

En Andalucía fue aún más sangrante, porque el PSOE hizo un amago de Reforma Agraria, una reclamación racional secular del campesinado andaluz y una necesidad de justicia histórica, para dar el pego, pero enseguida recondujo el proceso por los cauces a los que se había comprometido con sus empleadores montando el tema de las ayudas al campo con dinero europeo, que son ayuda a los agricultores pero no a la producción, para evitar su cooperativización y el aumento de la productividad consiguiente. Esa organización en cooperativas, asociada a la creación de industrias de transformación agroalimentaria llevada con la adecuada racionalidad nos hubieran convertido en una de las regiones más ricas de Europa. Algo que atacaba directamente a los intereses franceses.

La visión más exacta de la alta misión que cumplió el PSOE fue la de aquel degenerado de sus filas de la risa de hiena malnacida carcajeándose de las miles de familias españolas necesitadas -que las había, y muchas, aunque nadie pareciera saberlo- voceando aquello de que en España quien no se hace rico es porque es tonto.

La cortina de humo fueron los importantísimos avances en materias de tipo moral o pertenecientes a la ética social, que las fuerzas de la reacción tuvieron que permitirle porque los pactos hay que cumplirlos, al menos por un tiempo. Leyes como la del divorcio, el aborto, la educación para la ciudadanía como alternativa a la religión en las escuelas (¡que siguió impartiéndose en las públicas!) o los matrimonios homosexuales por ejemplo, pero no mucho más.

Así que la comparación es en sí misma una infamia. PODEMOS será todo lo que se quiera, y no voy a valorar su chicha ideológica, pero nace espontáneamente, no de la dependencia económica multimillonaria de contratantes con oscuros intereses detrás, sino precisamente de la desesperación y el hartazgo de la gente tras la resaca de la borrachera consumista que les produjo el alcoholazo de garrafón con que los atiborraron los políticos de esa casta que fue seleccionada, contratada y corrompida por los poderes financieros de los mercaderes hanseáticos para que robaran el país para ellos. La cáscara es lo que nos han dejado como hicieron con el partido republicano que parasitaron. No sé si estos que vienen -si los dejan, que yo no puedo quitarme a Chile nunca de la cabeza- conseguirán llenar de vida decente su volumen, pero desde luego sólo sus orígenes son infinitamente más limpios que los de aquellos que fundaron ese engendro con el que quieren compararlos y que parece que por fin está -afortunada y merecidamente- a punto de irse definitivamente a la mierda, de donde nunca debió salir.

ACLARACIÓN: Como me ha salido un chorizaco además de largo demasiado tenso me gustaría aclarar que sé que hay muchos cuadros intermedios del PSOE que realmente consideran que trabajan para un proyecto enraizado en la historia del socialismo español. Los considero personas respetables y en muchos casos admirables por ser capaces de, a pesar de la mierda que les salpica de su partido, seguir adelante y luchar por lo que creen.

9 comentarios:

Paco Madrigal dijo...

Has dado en el clavo, tu análisis de la situación de Españistán y sus perpetradores (que yo suscribo) es 150% acertado.

Saludos.

Paco Madrigal

Lansky dijo...

No estoy completamente de acuerdo, Harazem, y sólo se me ocurre explicarte mis puntos de disensión con una larga autocita, para no convertir este comentario en otro post dentro del tuyo.

http://www.lansky-al-habla.com/2014/11/podemos-y-yo-una-biografia-fragmentaria.html

Un abrazO

ben dijo...

P ero realmente,Manuel,que ya vas para pureta,crees que el partido de los Chicos,son la solución y
final a ese chorizo histórico?.Los sociatas se encontraron un país apenas endeudado,virgen,estos se
encuentran un país endeudado hasta las cejas.Cualquier virgueria económica que pretendieran introdu
cir,en relación al pago,sería una catástrofe que notaríamos de inmediato los jubilados,seguido de
los trabajadores del estado y al final todos los trabajadores.Por supuesto que la casta,eso que tan
to pregonan,ya se está preparando para absorberlos y fagocitarlos.Son producto del cabreo,nada más.
Uno no sabe,si son de izquierdas,de centro,de derechas,o son de todo y nada a la vez.Prefiero quedar
me con lo conocido,por muchos granujas que contengan.Será que me da miedo mi paguita de jubilata.
Saludos.

Miroslav Panciutti dijo...

La comparación entre Podemos y el PSOE de la Transición la hanía escuchado pero referida no tanto a sus orígenes cuanto a sus propuestas. En cuanto a lo primero, es totalmente cierto que el PSOE de los sevillanos fue montado con la finalidad de crear un partido socialdemócrata que taponara por la izquierda los excesos populares o el revanchismo (digamos que concido en tu retrato histórico, aunque para mi gusto lo pintas a brochazos muy gordos, pero no te enfades, ya sabes que no me siento cómodo con la simplificaciones que, sin embargo, suelen ser necesarias).

Sin embargo, sí creo que la mayor parte de las propuestas (todavía lejos de concretarse programáticamente) de Podemos podrían perfectamente ser asumidas por el PSOE de finales de los 70 apadrinado por Willy Brandt. Lo triste es que, a estas alturas, la desfachatez del capital ha llegado tan lejos que hablar de medidas de corte "socialdemócrata" se tilda de comunismo desaforado.

harazem dijo...

Gracias, Paco, no te ví ayer en la protesta del Pocito. Cada vez somos menos por mucho que el entusiasmo de algunos pretenda disimularlo.

Ben: como siempre me temo que de la misa, la media.

Lansky: leído tu hermoso post no veo en qué contradice al mío.
Podría haber contado mi experiencia, algo distinta a la tuya, pero no totalmente diferente. Fíjate que yo con quien tuve oportunidad de agarrar teta fue con IU en el ayuntamiento yal segundo horror que me encontré decidí salvar mi dignidad. Pero de lo que yo hablo en el post es de otra cosa. A grande brochazos, como dice Miroslav, pero es que esto es un post de un blog y además mi estilo. Y sobre todo el que la comparación de los orígenes no se sostiene, por mucho que algunos pretendan ver el equivalente a la pasta de la industria alemana en la financiación en especie propagandística que algunas cadenas de televisión a la nueva formación. NO creo demasiado en las teorías conspiranoica, aunque en este escrito pudiera alguien creer lo contrario. De lo que hablo es de direcciones de movimiento de avance aproximadamente calculadas. Alguien debería estudiar las similitudes entre las responsabilidades de Alemania en la catástrofe de Yugoslavia y en la gran estafa española.

Lansky dijo...

No he dicho que lo contradiga, he dicho textualmente que "no estoy completamente de acuerdo" con este tuyo, y no lo estoy, como se puede comprobar leyendo mi post de autocita, por las razones a las que tan matizadamente alude Miroslav. Pero en gran parte claro que estoy de acuerdo contigo

ben dijo...

Coño,Paco, no me digas que te ocultas en Miroslav,jajaja...Ya decía yo,que
tantos datos.No hay quien pueda contigo.

marti dijo...

El tiempo pasa inexorablemente y el tal Ben sigue sin saber utilizar adecuadamente un tratamiento de textos, por sencillo que sea éste. Si Steve Jobs levantara la cabeza, no es probable que lo haga, caería de bruces ante tanta contumacia digna de mejor causa.

ben dijo...

Hombre marti,cuanto tiempo sin leerte.Venga anímate y participa.Pero opina,
que siempre es interesante lo que dices.Yo sigo igual,como ves.
Salut i força el canut.