(del laberinto al treinta)


lunes, 23 de febrero de 2015

Córdoba decimonanista

Ni con todo el sulfuro de selenio del mundo podría eliminarse la caspa que cubre el pelazo moral de Andalucía.

Fuentes bien informadas infiltradas en el Antro Munisipal confirman que aquella terrible amenaza -más bien maldición babilónica- que nos lanzó Sandokán en su campaña electoral de sembrar la ciudad con las cincuenta y tantas estatuas de estilo remordimiento de cordobeses ilustres que el escultor vaticanista local Marco Augusto tiene listas en su estudio de Piedrasanta para ser convenientemente empedestaladas a una orden suya, puede haberse reactivado. Parece, pues, que vamos a asistir a la erección de nueva estatua en Córdoba y que ya está surgiendo a golpe de gubia y martillo del pedazo de bloque de blanquísimo mármol que el artista ha ido a mercar a la propia Carrara. Nada menos que dedicada a Claudio Marcelo, el general romano que la fundó. Como todo el mundo sabe es justo lo que Córdoba, patricia urbe histórica de capital importancia con más de cinco mil años de existencia pero que ni siquiera cuenta con un Museo de la Ciudad –como si tiene verbigracia la vecina Badajoz- o un plan de explotación de yacimientos arqueológicos que no pase por el arrasamiento puro y duro de los restos, necesita. Más que nada para seguir la tradición que cultivan secularmente sus autoridades –de todos los colores- de convertir su cultura y su historia en un catálogo de rancias actividades carpetovetónicas y siniestros españanegrismos u homenajes de esencia decimonónica a la apulgarada memoria de sus preclaros hijos y la de supuestos benefactores hace siglos difuntos. O sacrificar su dignidad al Moloch del turismo de masas. Córdoba como pastiche. Córdoba kitsch. Cordocaspa. Capital de reaccionarismo estético. Y también del ético. Onanismo decimonónico.

La estatua presidirá el trampantojo anastilósico del templo romano de la calle que lleva el nombre del homenajeado a la espalda del propio Antro Munisipal. Como todas las demás obras del autor esta escultura emitirá un discurso rabiosamente vanguardista que reside en nuestros días en una factura de acojonante realismo, tanto que seguro servirá de entretenimiento buscarle parecido con alguna gloria local actual. Aunque esperemos que no se parezca a ninguno de los lumbreras locales que la han encargado o al menos no al modelo de arcangélicas esculturas fuengirolinas por antonomasia: Sandokán. Por cierto que nuestro pirata malayo está loco de contento con la idea, porque se considera a sí mismo, mano a mano con los propios Papas, mecenas del artista, varias de cuyas obras se erigen imponentes en el Paseo de las Esfinges que da entrada al Palacio de la Chilindrina China, también conocido como Arenal 2000. Pesiosas. La erección se completará con un teatrillo que durará varios días en el que el autor dará los últimos martillazos en la propia ubicación in situ de la obra ante el curioso público que sin duda convocará esa genial idea de nuestro impagable concejal de Casco Antiguo, o más bien Jurásico. Sandokán por su parte ha propuesto que a ese san Claudio Parselo se lo nombre santo patrón de los colonos de chalete y piscina ilegales de la exvega cordobesa.

Pero si la amenaza de esa erección ya está prácticamente cumplida hay otra que pende sobre nuestras molidas paciencias como una faca de muelles de Damocles. Porque a quien Fray Jaén Paleocascorro, nuestro brillante politoxicofrade concejal de Asuntos Estatuarios y más aguerrido adalid del nacionalcatolicismo municipal rampante, tiene en la cabeza erigir estatua en Córdoba es a su ídolo espiritual e histórico y personaje de rabiosa actualidad: el Rey Fernando III El Santo. Se lo cuenta a todo el que entra en su despacho. Y la tiene tan en la cabeza que ya la ha diseñado y todo. A caballo y blandiendo temible espada matamoros. Lo que no sabemos es en qué privilegiado lugar de la ciudad el trigeminado (pertenece a tres cofradías) concejal la colocaría, pero mucho me temo que tiene el centro mismo de La Corredera en mente. Como purgativa corrección del desagradecimiento secular de los cordobeses que nunca decidieron homenajear como merece –lo que sí hicieron los sevillanos- a quien restituyera al catolicismo esencial español la ciudad que le arrebatara la pérfida morisma siglos antes. Lo cual no tendría más importancia si no fuera porque fue esa guerrera acción la que permitiría que 780 años después se celebraran en Córdoba cincuenta procesiones en la Gran Semana Gore, doscientas cincuenta extraordinarias a lo largo del año y las varias docenas de infantiles organizadas por los colegios públicos y privados de que disfrutaremos en nuestras calles en breve.

A ver, Fray Jaén, te voy a regalar una idea para inmortalizaros al alcalde y a ti si conseguís hacer ereccionar al Santo Rey. Al caballo real hacedle esculpir dos buenos cojones, más grandes aún que los que luce el del Espartero, y a vosotros que os inmortalice en bronce, cada uno debajo de uno de ellos en la famosa pose de Rómulo y Remo bajo la amamantadora loba del Capitolio de Roma, con las manitas tal cual y todo… ¿A qué mola? De nada, hombre.

5 comentarios:

car res dijo...

Me he descojonao de risa,lo único que le falta al templo romano,de columnas rellenadas de yeso
es que le pongan techo y un claudio de falso mármol,con capa tipo Lagartijo,entrando al templo
a rezar.
No tiene Córdoba suerte en sus esculturas ni en los lugares escogidos para colocarlas.
Lo del Santo,sería ya el colmo en medio de la Corredera,pienso que eso ya corresponde a tus
sueños de hacer la puñeta.
Con lo bien que estaban colocados los trozos del templo en los Patos,que nos servía a los nenes y nenas
para jugar a las casitas.
Mira que si algún bien intencionado coloca una pequeña cruz al lado del Claudio_Lagartijo,entrando en
el templo,jajajaj.
"ben"

harazem dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, amigo ben en todo menos en lo de "falso mármol". Lo del bloque de mármol de Carrara es rigurosamente cierto.

harazem dijo...

Por cierto ben que me interesa eso que me cuentas de que las columnas del templo estaban en los Patos cuando tú eras chico y ya nos has contado que calzas una edad provecta....

car res dijo...

Eso que dices de que es mármol del bueno y caro,lo voy a preguntar a un amigo escultor ya jubilado.
Cuando yo jugaba en los Patos,era en los 50,alrededor del falso lago había unos trozos de már
mol,del bueno,que eran parte del templo de Claudio Marcelo.En longitud eran igual a un banco
de jardín.Los niños jugábamos en ellos.Luego los retiraron y supongo que se los llevaron al
templo,pero lo mismo los vendieron.Lo que si es cierto es que cada vez que bajaba desde las
Margaritas a la Academia Espinar me fijaba en la marcha del templo,muy lenta,años 60.Las co
lumnas las hacían de hormigón armado,el núcleo.Ya había algunas columnas,más antiguas,que
por sus heridas,si parecían auténticas.Por eso mi manía del falso mármol en Córdoba.
Sabía que los trozos de mármol,eran del templo,por lo que nos refería D.Pedro Palop.Lo que ya
no sé es si se devolvieron al templo."ben"

Paco Muñoz dijo...

Hubo un día que desde el consistorio decidieron repartir los trozos de mármol de las columnas del templo de Claudio Marcelo por las plazas de la ciudad. Plaza de las Dobla, de Jerónimo Páez, etc.