El señor Moratinos se cabrea
La verdad está en los periódicos: sólo hay que saber leerla
Elias Canetti
Lugar: Una sala de conferencias en Ramala, capital de los Territorios Ocupados.
Fecha: 16 de marzo de 2005.
Personajes: El ministro español Moratinos que da una conferencia y un público joven, mayoritariamente estudiante.
Momento: Al final de la conferencia, cuando algunos asistentes preguntan al ilustre orador por qué la UE no presiona más a Israel para que cumpla los fallos del Tribunal Internacional y las resoluciones de la ONU.
Iluminación: Moratinos sufre un ataque de irritación y les espeta airado que si no les parece poco el que la UE haya defendido esos fallos verbalmente. Y que desde luego no puede hacer más de lo que hace porque entonces aparecería como propalestina. Y que ya está bien de tanto quejarse, que lo que tienen que hacer es reconocer que la Intifada ha fracasado. Y que...
Conclusión: A veces los diplomáticos, si se les pilla desprevenidos, dan muestras de conocer la sinceridad.
El señor Moratinos tiene experiencia en bregar con los palestinos. Fue durante un tiempo el enviado especial de la UE en la zona. Asistió impávido a la destrucción sistemática por parte del ejército israelí de todas y cada una de las infraestructuras en Gaza y Cisjordania que se construían con el dinero que la UE entregaba como ayuda al desarrollo. Con el que quedaba tras el distraímiento de la parte correspondiente por parte de la Autoridad Palestina, claro.
Y ahora se nos muestra claro y franco: no sólo exige a los palestinos que abandonen la violencia (no ya la terrorista, sino la legítima de un pueblo contra su invasor: piedras contra tanques, la defensa contra la ocupación), sino además que no se quejen si se sienten abandonados por la comunidad internacional. Para ellos sólo será legítima el arma de la paciencia. Como para el santo Job. Esperar santamente a lo que quiera concederles la Divina Providencia en forma de Sharon y Bush.
Ya puede el señor Moratinos irritarse en su propia cara con los palestinos, que son las víctimas, los pobres, los agredidos y los despojados. Me gustaría ver su bonachona figura de diplomático paternalista irritándose de igual modo en la cara de los israelíes, los agresores, los despojadores, los ricos, los dueños de las armas. Ah, que es que, en caso de que se atreviera, podría dañar la imagen mediadora y aparecer como propalestino, según sus propias palabras. Esa es la cruz que soporta la UE como mediadora ¿verdad? Si exige con algo más que ruegos encarecidos al Estado de Israel que deje de martirizar a sus vecinos y les devuelva las tierras que les arrebató por las armas, que cumpla de una vez las resoluciones de la ONU y el dictamen de los Tribunales Internacionales, que haga todos los muros que quiera, pero únicamente en su territorio, que deje de colonizar descaradamente territorios ajenos y que, si no lo hace, se atenga a las consecuencias en forma de sanciones efectivas, entonces ustedes temen parecer propalestinos. No prodemócratas, projusticia internacional y proresoluciones de la ONU. Propalestinos.
Esta vez sí que le agradecemos su franqueza. Estuvo muy bien. Lo que ya no estuvo tan bien fue su arrebato de irritación con aquella pobre gente. Al señor Moratinos y a la beata sociedad que representa les debería bastar con soltar dinero para barnizar sus conciencias. Sigan haciéndolo. Pero por favor que no se arrogue el derecho a ir a la casa del pobre a echarle en cara lo desagradecido que se muestra con su hipócrita caridad.
NOTA: La noticia fue recogida de la edición en papel del diario El País en la sección de Internacional del 27 de marzo. No coloco enlace por estar incluida dentro de la zona de pago de la edición digital del tacaño diario.
3 comentarios:
ahora que no es de pago, ¿puedes señalar dónde se encuentra la noticia? No la encuentro. Gracias.
Efectivamente, amigo agnóstico, no aparece. La he buscado de varias maneras y ha sido missingueada de la edición digital. Así que me comprometo a solicitar el ejemplar de marras en la biblioteca y sacar foto o fotocopia del reportaje para colgarla en este blog. Yo entonces aún compraba El País religiosamente todos los días.
Gracias, quedo a la espera.
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