(del laberinto al treinta)


jueves, 25 de mayo de 2006

Preámbulo del Proyecto de Estatuto de Andalucía (Nuehtro'htatú)

    «Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos. La interculturalidad de prácticas, hábitos y modos de vida se ha expresado a lo largo del tiempo sobre una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica, y se manifiesta en un patrimonio cultural tangible e intangible, dinámico y cambiante, popular y culto, único entre las culturas del mundo»



ja ja ja ja ja ja hacía tiempo que no leía algo tan gracioso ja ja ja ja ja ja ja ja ja es que ni hecho adrede ja ja ja ja ja ja es que me parto el culo de la risa ja ja ja ja ja ja si alguien quiere hacer una ja ja ja ja parodia del pestilente narcisismo andaluz ja ja ja ja ja no le sale algo tan bueno ja ja ja ja gracias a ferlosio que me lo puso ante las narices ja ja ja ja ja ja yo nunca hubiera leído de motu propio esa ja ja ja humorada ja ja ja ja ja ja los casposos eruditos locales andaluces ja ja ja ja ja tan repulidos ellos ja ja ja ja deberían ja ja ja protestar por ja ja ja ja esa intromisión en su estilo a ver a ver ja ja ja ja que lo leo otra vez ja ja ja andalucía ha compilado un rico acervo ja ja ja ja qué bueno ja ja ja ja ja ja una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica dice ja ja ja ja ja ja ja ja madre mía ni salcedo hierro ja ja ja ja ja el rey del ripio moripio y de la orondosa prosa cascarriosa ja ja ja ja ja qué maravilla de estilo ja ja ja ja ja voy a buscar mi viejísima enciclopedia álvarez ja ja ja ja que me parece ja ja ja ja ja que lo han sacado de ahí ja ja ja ja de cuando las pomporrutas imperiales aquellas ja ja ja ja siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiií es que son la repapera limonera ja ja ja ja ja talmente el mismo morapio prosapio ja ja ja ja ay que me duelen ya las costillas ja ja ja ja ja ja ya paro ja ja ja y yo sin pañuelo ja ja ja ja ja ya..... ja ja... aaaaay... sic transit gloria mundi amén

Comentarios
Hace veintitantos años, en la campaña del referendum sobre la autonomía de Andalucía por el 151, se escuchaba una cuña radiofónica pagada por la UCD en la que la voz rapsódica de Lauren Postigo decía: "Andaluz, este no es tu referendum". Parece mentira que después de tantos años no imagino a nadie mejor que al mentado andazulú para poner en sus labios este preámbulo de grana y oro. Es como una de aquellas viejas presentaciones del Corral de la Pacheca, en las que el realizador sujetaba un primer plano del castizo, mientras entre bastidores el estatuto se prepara la mantilla y se la fija a la peineta con los artículos de azabache y plata, dispuesto a entonar el pasodoble único el er mundo.(Otra vez tengo Internet)
Cayo Anneo Paco — 27-05-2006 09:51:54
El sic transit gloria mundi lo colocaremos en el terreno de lo intangible, pues.Y lo que sigue es mejor. Por ejemplo: "Estos rasgos, entre otros, no son sólo sedimento de la tradición, sino que constituyen una vía de expansión de la cultura andaluza en España y el mundo y una aportación contemporánea a las culturas globales" amén amén amén
Paolo — 29-05-2006 19:34:38
Perdóname, Manuel, otro comentario más, pero es que estoy leyendo la biografía de Antonio Machado que Gibson acaba de publicar, y en la página 66 me acabo de encontrar ls descripción que Machado hace de otro de mis andaluces predilectos, Francisco Giner de los Ríos:"Como todos los grandes andaluces, era don Francisco la viva antítesis del andaluz de pandereta, del andaluz mueble, jactancioso, hiperbolizante y amigo de lo que brilla y lo que truena. Carecía de vanidades, pero no de orgullo; convencido de ser, desdeñaba el aparentar. Era sencillo, austero hasta la santidad, amigo de las proporciones justas y de las medidas cabales."Me he acordado en este punto de este preámbulo estatutario.
Cayo Anneo Paco — 29-05-2006 19:54:04
Pues sí, amigos Cayo y Paolo, parece que la cosa no tiene remedio.Aunque parezca mentira, probablemente sean, de todos los de las demás comunidades, incluidas las más feroces nacionalistas, los gobernantes socialistas andaluces los que desde la Transición, con más paciencia y tenacidad y más finamente se han trabajado la consecución de un marco identitario desde el que ahora proclamar los hechos diferenciales que supuestamente forjan el ser de sus gobernados. Y su convencimiento, claro. Tal vez no lo hicieran desde el principio con los mismos fines segregacionistas que aquellos, sino más bien desde una estrategia de panem et circenses para mantener a la parroquia adocenada y contenida a la carcunda tradicionalista arrebatándoles sus propias armas. Pero los resultados han sido desde luego espectaculares. Desde el principio de su eterno mandato los socialistas se emplearon a fondo para rescatar del regazo del facherío, aprovechando un momento de fatal desconcierto de éste, la cascarria folklórica y supersticiosa. Y hacerla suya, fomentándola y dotándola de una dimensión culturalista que nunca curas ni rocieros hubieran soñado. En lo teórico, con una entusiasta brigada de antropólogos a la violeta consiguieron convertir las casposas señas de identidad de la Andalucía de castañuela y caracolillo húmedo, de incienso e idolatría, de la grasia cortijera, la "quincalla meridional" de Ortega en suma, en alta cultura esencialista. En lo práctico una colección de directivos sin escrúpulos convirtieron la televisión autonómica en la mayor excretadora de frikismo folklórico-supersticioso del hemisferio norte y, probablemente, también del sur. Rocierismo y otros romerismos no menos estreñidos, capillismo cofrade, caracolismo nucal, espeluznantes folklóricas descerebradas, ferialismo sevillanista, laurenpostiguismo reciclado, estafadores de alto nivel pero con una grasia que no se pue aguantá, machorrismo torerista, estomagante humorismo de mugrientos chistes con corazón fascista y cruel, caballismo señoritil, aristocracia retrechera, marbellismo incalificable... han ocupando exclusivamente durante años su parrilla, todo bajo la impostora denominación de LO NUESTRO. En los años 70 sólo se disfrazaban de flamenca para ir a la feria las niñas y... la Duquesa de Alba, que para eso estaba por encima del ridículo. En la Semana Santa desfilaban la mitad de cofradías, siendo una fiesta limitada a beatas, penitentes y poetastros oficiales y a la mayoría de los pasos de Semana Santa tuvieron que ponerles ruedas porque todo el mundo pasaba de ser costalero. Las folklóricas eran una especie en feliz peligro de extinción y los sinvergüezas con o sin apellidos no hacían alardes de sus hazañas para no ser malmirados. Las sevillanas sólo servían ya para aumentar el estado de embriaguez físico y mental de la parroquia en ferias y romerías...Hasta que llegaron los socialistas para convertir todo eso en LO NUESTRO. E incluirlo en su campaña de “Sea andaluz. Consuma productos andaluces”. Sobre todo los espirituales. Así de la misma manera que muchísimos madrileños de los años 20 acabaron hablando como los personajes chulapos de Arniches y las zarzuelas que los parodiaban, los andaluces hemos acabado convenciéndonos de que somos andaluces y comportándonos como tal, según el guión paródico que nos han preparado. Aquí no han hecho falta ikastolas, ni inmersiones lingüísticas, ni radicalismos políticos. Sólo paciencia y constancia. Y mientras aprendíamos a ser andaluces nuestros gobernantes han convertido el territorio en un lugar casi inhabitable, permitido una especulación sin tasa ni medida que ha destrozado sin remedio el medio ambiente: la costa, las campiñas, los cascos históricos, que esas sí que son nuestras verdaderas señas de identidad, asegurado el reinado del humo y el ruido en las ciudades, en lugar de poner los medios (educación e infraestructuras) para humanizarlas, mantener e incluso acentuar las desigualdades sociales, posponer la reforma agraria hasta otra era, mantener la educación en el último de los intereses, construir un sistema de salud desquiciado... Tal vez han elevado el nivel de vida de la comunidad, pero desde luego a costa de cargarse su calidad. La otra Andalucía, la ilustrada, la que apostaba por un desarrollo racional, distributivo, más o menos armónico, la que quería construir unas señas de identidad basadas, como quería Azaña del patriotismo, "en las regiones templadas del espíritu", ha quedado arrumbada, tildada de metepatas, aguafiestas, agorera y esaboría. Y al menos la palabra antipatriota aun no forma parte de ese vocabulario denigratorio.Y ahora, para competir en identitarismo con los feroces nacionalistas norteños rematan la faena poniéndose sublimes parasitando el herrumbroso lenguaje erudito-localista que creíamos desaparecido o en vías de extinción, las "pomporrutas imperiales" y las "unidades de destino en lo fanfinflás" que empedraron los pregones y los libros de texto de la dictadura franquista.Está bien que quieran no ser menos que las comunidades histórico-histéricas norteñas, pero al menos deberían de tratar de no ser más... gilipollas.
Harazem — 31-05-2006 00:07:27

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