Chusma política
Chusma política. Así, con la virulencia blanda de un escupitajo acaba de insultar a toda nuestra clase política el escritor Muñoz Molina. Y para delatar a sus cómplices necesarios añade una tralla como de bofetada seca: secta pedagógica. La secuencia exacta del improperio es: La enseñanza pública se deteriora irreparablemente en España gracias a una conspiración de ignorancia tramada desde hace años por la chusma política y la secta pedagógica. El sábado pasado en el Babelia de El País, en un hiriente artículo titulado El libro ilimitado.
Cada vez que oigo o leo a alguien de reconocido talante razonabilizador perder la paciencia ante los himalayas de hipocresía, estupidez y mala fe con que nuestros políticos vienen agrediendo nuestra inteligencia desde siempre y llamar a las cosas por su nombre, por el nombre que el rico Real Diccionario de la Lengua le confieren exactamente me recorre una inefable hemorragia de alegría. Y en este caso la exactitud debe ser supuesta con toda propiedad. Muñoz Molina es Académico de la misma. De la Lengua, digo.
El impenetrable rostro que han mostrado al mundo los políticos socialistas españoles ante el informe PISA deberían hacérsela mirar por algún doctor de éticas averiadas. La primera la sonrientísima ministra de cultura que es capaz de desculpabilizar a su partido de la tremenda situación de analfabetismo funcional en que se encuentra la mayor parte de la generación de españolitos que se cuecen en nuestras escuelas. De piedra berroqueña la tiene la buena señora. Y la consejera de educación de la Junta de Andalucía y el propio presidente hautonómico de mármol de Macael, las únicas canteras que pueden estudiar los niños andaluces. En Andalucía los socialistas han gobernado SIEMPRE. Desde las primeras elecciones. Hace ¡¡¡25 años!!! Pues la culpa es todavía del franquismo. A ellos que los registren. Te cagas.
Ya venía calentito. Dos días antes el bueno de Muñoz Molina había contestado en una carta a Vicente Verdú que en un ataque de farfollez ponmodenna se había había dejado caer en un artículo de los suyos (De escuelas y miserias) en El País con la siguiente perla.
¿Forzarlos a la lectura? ¿Por qué no purgarlos y raparles el pelo? Ni la lectura es un bien absoluto ni todo el saber está ya en los libros. Leer más no hace másinteligentes, sólo hace más inteligentes para leer. El resto del mundo del conocimiento, el mundo audiovisual es ahora una fuente más caudalosa e importante en el saber. Pero ni siquiera para aprender a servirse apropiadamente de todo esto hay horarios y maestros preparados. Miseria de la escuela, escuela de mil miserias.
No quiero pensar que lo conducía la malicia. Porque yo creo que él sabe muy bien que el debate no está en que se les obligue o no a leer a los clásicos o a los modernos, sino en que sean capaces de entender un texto, escrito o hablado. Que sean capaces de usar el lenguaje, la herramienta adaptativa más importante del ser humano. Que sean capaces de comunicarse en el lenguaje humano. Y de comprenderlo. Y eso se hace con palabras hasta que no nos conviertan en ciborgs. Y hasta entonces los medios de comunicación funcionan con lenguaje. TODOS. Incluso los más modernos. No se puede explicar cómo se hace ese montaje visual que supuestamente va a sustituir al libro como medio de transmisión de conocimientos si no es mediante palabras. Así que no me explico a dónde va el viejo Verdú. Igual es que él sí que se ha convertido ya en un ciborg. Si no tampoco se explica que continúe recomendando:
Ningún plan de mejora, en caso de intentarlo honestamente, podrá soslayar el sensible aumento de las retribuciones pero, más aún, miles de profesores debieran gozar de jubilaciones anticipadas y bien retribuidas. Deberían dejar sus puestos a enseñantes mucho más jóvenes y aptos, por edad y estilo generacional, de conectar con alumnos de referencias tan radicalmente ajenas a las de su profesor actual 40 o 50 años mayor.
Tanta distancia biográfica hace no sólo arduo sino imposible el trasvase de los conocimientos y del interés por temas concretos. Nunca como ahora pudo decir con razón un alumno de 12 años que la asignatura a cargo de un señor o una señora de 60 años "no le entra". Ni le entra ni lo digiere, ni le interesa ni lo metaboliza. Más bien lo vomita.
El sistema que transmitía conocimientos escolares por conductos basados en la permeabilidad del arriba / abajo funcionaba gracias a la eficiencia de la jerarquía y la autoridad. De esto, sin embargo, queda poco tras la absoluta vulgarización de la democracia y el paradigma general de la red. El saber no llega al interior del alumno tan sólo por el poder del magisterio, sino por la astucia de la empatía y contagio. Pero transmitir mediante empatía, explorar y hasta explotar la proximidad, sólo parece al alcance de los profesores jóvenes y jovencísimos.
Nuestro ciborgcolumnista no acaba de enterarse o sólo pretende epatar, como suele. Pero en cualquier caso hay mucha misera moral en sus palabras.
ADDENDUM DEL 14/ 01 /08
EN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN ACTUAL
ARTÍCULO DE EL PAIS POR EL SOCIÓLOGO JOSÉ SATURNINO MARTÍNEZ GARCÍA
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