LOS INTELECTUALES Y EL FÚTBOL
Mi brother (no me gusta la palabra compadre, que tiene tintes orodentados y palillosos) Ramone me aconseja que lea el clásico de Vázquez Montalbán El fútbol, una religión en busca de dios, para moderar mi opinión sobre el estúpidamente llamado deporte rey. Querido Ramone, lo leí hace mucho tiempo, como todo lo del llorado Manuel. Aunque he de decir que no recuerdo demasiado lo que contenía. Creo recordar que hacía el mismo ejercicio que con Memoria Sentimental de España: una especie de rescate de las formas populares de cultura mangoneadas sistemáticamente por el poder, pero perfectamente separables de éste. Me parece bien, aunque yo particularmente considere que la copla tiene contenidos semánticos y artísticos de los que la burricie futbolera carece ostentosamente. En lo que no estoy de acuerdo es en la justificación solapada que hace del fomento de los bajos instintos populares que supone el pelotismo organizado.
Hay más intelectuales a los que admiro profundamente y que son unos apasionados del fútbol: Javier Marías, García Montero, Eduardo Galeano, Sábato... Y me interesa lo que dicen acerca del fenómeno, aunque no comparta sus puntos de vista. Comparto más los de otros intelectuales a los que admiro no menos que a ellos y que están más en consonancia con mis puntos de vista, con mis anclajes ideológicos y con la índole de mis herramientas analíticas.
El argentino Juan José Sebreli es uno de los intelectuales en lengua castellana más importantes del mundo. Especializado en temas sociológicos y filosóficos su obra no es muy conocida en España, aunque recientemente se ha publicitado algo la edición española de su último trabajo El olvido de la razón, en el que arremete sin piedad contra los pensadores occidentales que han coqueteado en su obra con las diferentes y pantanosas formas del irracionalismo. No publicado nunca en España (lo compré en Buenos Aires hace unos años) cuenta con uno de los estudios más incisivos sobre el mundo del fútbol que se hayan escrito jamás, La era del Fútbol un análisis histórico y sociológico del mundo del balompié que deja pocas oquedades sin iluminar: la interesada tribalización de las masas que beneficia a los políticos, el repugnante agujero negro de negocios que supone el fútbol para las mafias de todas las calañas: tráfico de armas, de blancas, de drogas..., la relación de homosexualidad reprimida que se establece entre futbolistas y seguidores, el fomento de la agresividad, la irracionalidad y el aintiintelectualismo, etc.
Algunas muestras:
Estos rasgos de carácter del hincha corresponden a un tipo humano estudiado por la psicología social: la personalidad autoritaria. El hincha es un autoritario pasivo, se somete ciegamente a la autoridad y es fácilmente sugestionable, adhiere al cuadro por lo que la gente que lo rodea dice de él, respeta la opinión reinante sin formularse dudas ni reflexiones sobre la calidad del mismo. Carece de espíritu crítico y de sentido del humor, apoya todos los convencionalismos consagrados por el grupo en que se mueve. Es incapaz de ir contra la corriente, por falta de voluntad e imaginación. Es intolerante, susceptible, orgulloso y con un sentimiento de irresponsabilidad surgido de la ilusión de poder que le da su pertenencia a un club. El carácter monótono y reiterativo del fútbol que repite más o menos las mismas incidencias partido a partido y deja una sensación de tristeza y aburrimiento al terminar, contribuye, por su parte, a
incrementar la reacción automática y a adormecer toda forma de actitud personal. (pg. 39)
El psicólogo J. F. Buytendijk ha mostrado las estrechas relaciones entre la agresión sádica y las características específicas del fútbol. El acto de patear una pelota es ya de por sí es esencialmente agresivo y crea un sentimiento de poder. Tal vez en ello hay que ver el predominio del fútbol sobre el básquet, juego más elegante. El pie es una parte del cuerpo más alejada de la mente que la mano. "En el pie y exclusivamente en él está disimulado el secreto de la atracción particular que ejerce el fútbol en oposición a otros juegos de pelota. Ahora bien, el pie significa patear, es decir una forma determinada de agresión y un comportamiento determinado con respecto al cuerpo, la base de una virilidad demostrativa y la dureza que le pertenecen de modo inseparable, dureza que algunos llaman brutalidad". (pg. 80)
También sigo desde hace tiempo el blog de un antropólogo gallego, Manuel Mandanes, con el que comparto muchas afinidades y que se presenta con un título tan indicativo como DIARIO NIHILISTA DE UN ANTROPÓLOGO. En la etiqueta ANTROPOLOGÍA DEL FÚTBOL puede encontrar el interesado agudas reflexiones sobre el tema.
Lo jodido de todo este asunto es que se consideren peligrosas para la salud de los ciudadanos y se prohíban por ello a los adultos, perfectamente dueños de sus actos, productos recreativos como la marihuana, que fomentan la camaradería sana, la conversación, la risa, que activan mecanismos sumamente interesantes de captación de la realidad y el fútbol, un generador de violencia y actitudes tribalistas sea considerado una actividad digna de ser fomentada socialmente. Eso es lo que me molesta profundamente. Y desde luego, ese es mi problema, y el de una minoría de ciudadanos que sufrimos la estupidez de una sociedad que se deja arrastrar por la propaganda inmisericorde del sistema para que consuma de todo, absolutamente de todo, pero sobre todo mierda, mucha mierda. Y el que nos salpique constantemente la camisa limpia la deglución desmañada de esa mierda por nuestros vecinos.
Otra cosa son mis manías de recordar lo que yo considero recordable en el caso concreto del fútbol español. La asunción por parte de todo un estado de un símbolo que hunde sus raíces en el fascismo. Por mucho tiempo que haya pasado. Por mucho que las nuevas generaciones no tengan por qué recordarlo. Es también mi problema. Y aunque pueda ser capaz de discriminar las banderas de la Santa Tradición Católica de las manis del PP y la Iglesia de la de los hinchas, sus colores me hieren profundamente. No lo puedo remediar. Pero no te preocupes, no tanto como para no poder vivir con felicidad esos cuatro días que dices que son, brother. Y desde luego lo soltaré cada vez que me pete en este mi espacio privado de expresión corporal. FIN
6 comentarios:
Gran Manuel, que delicia visitar tu bodeguilla. Me pido primero en la lista de los prestamos de libro, así que cuando nos veamos otra vez me lo prestas vale.
He pegado el párrafo del libro en los comentarios del diario córdoba, en la sección de opinión, pero estos han vuelto a la censura previa, veremos si lo suben.
Sabes a lo que me lleva a mí la reflexión sobre esto; pues a pensar, que no es que tengamos unos gobiernos malos, no es que no tengan cabeza, sí que la tienen, los que de verdad están ya sin cabeza somos los gobernados, nosotros "los gobernados" si que estamos ya descerebrados, lobotomizados al nivel absoluto. Tanto que, en esta circunstancia, aun seguimos pensando que el gobierno trabaja para nosotros. Y es que no se puede ser más idiota, en el absoluto literal de la palabra.
"Si es una aventura miserable, todo el pueblo, toda la ciudad acude; pero si es un rayo de hermosura que viene a herir nuestro ojo, o un rayo de amor que viene a iluminar nuestro corazón, nadie se ocupa de ello."
Maurice Maeterlinck: "La sabiduría y el destino"
Pues al final subieron el comentario en el diario, eso sí, a la 19 horas. Yo lo puse a las 12 horas, han tardado 5 horas en leerlo y autorizarlo. Supongo que lo que han conseguido así es anular el posible debate, pues se sabe que a partir de la tarde la participación se desploma. Enfín, Córdoba y su libertad de prensa y opinión.
Por fin me entereé de donde venía lo del ya famoso "dolor de muelas" entrando en LA CALLEJA.
Por supuesto que estás el primero en la lista para el préstamo del libro de Sebreli, amigo Casandra.
Manolo, ándate con tiento con los del canon digital mientras tan generosa y certeramente compartes con nosotros a D. Jorge Haendel, que capaces son de haberse hecho con el copyright aprovechando que el autor se encuentra ligeramente indispuesto.
Sobre el post y a pesar de mi presunta ambigüedad, suscribo una vez más tu punto de vista. Se trata de comportamiento tribal relacionado con la necesidad individual de aceptación por un grupo sin cuestionarse posicionamientos. Lo que ocurre es que hay otros individuos a quienes que el grupo les acepte o no, les trae sin cuidado. Siempre los ha habido.
Y, por cierto, eran los mejores ejemplares de la especie.
Otro que es un pesado con el futbol y la tauromaquia es el escritor cordobes Salvador Gutierrez Solis.
La verdad es que no he leido ninguna novela de este hombre.
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