(del laberinto al treinta)


lunes, 29 de octubre de 2018

La larguísima mano de cabildo

La redacción cordobesa del Acorazado ABC, ese diario tan naci-onalcatólico que felicitaba a Hitler por su cumpleaños, continúa con sus artilleros de puente en posición de zafarrancho de combate (prietas las filas, recias, marciales) contra la definitiva consecución de la aconfesionalidad del estado aconfesional. Tema la batalla jurídica por la propiedad de la Mezquita de Córdoba y la simbólica por su interpretación histórico-artística. Tras el cañonazo recibido en su línea de flotación por la salida a la luz del informe encargado por el ayuntamiento a un comité de expertos en el que se concluye que la Mezquita-Catedral fue siempre de propiedad pública y que su gestión viene adoleciendo desde hace años de una intencionada manipulación de su esencia histórico-artística, el contraataque del buque naci-onalcatólico ha sido brutal. Después de varias semanas de cañoneo sin tregua y fuego graneado con munición de variado calibre, pero tan averiada que probablemente la adquirieron en una tienda de productos de broma, se ha puesto ya directamente a las órdenes del Alto Almirantazgo: su Santa Madre la Iglesia Católica. En maternofilial contubernio han decidido una vez más internacionalizar el conflicto pidiendo ayuda de nuevo a lo más granado del facherío intelectualoide patrio, del ramo de la hist(oe)ria unos y del famoseo derechoide otros. ¡A mí la Legión! –han gritado– y algunos legionarios (de Cristo o de Aznar) han acudido a la llamada.

Pues eso, que han organizado un pollo fachirulo disfrazado de ciclo de conferencias con el exclusivo fin de abonar (sí, alimentar con materia fecal una planta) el árbol argumentativo de la Iglesia en su pretensión de apropiarse, privatizándolo en su favor, de un bien tan público que lleva 1.233 años siéndolo, atravesando en esa su esencialidad pública a lo largo de los siglos regímenes tan dispares como emirato, califato, reino de taifa, reino medieval, imperio absolutista, monarquía absolutista, monarquía liberal conservadora, dictadura autoritaria, república, dictadura fascista y monarquía constitucional.

El lugar donde se celebrará el cocimiento argumentativo no podría ser otro más adecuado y simbólico que el casino de la ciudad, el Círculo de la Amistad, ese entrañable lugar donde dice la tradición que en el verano y el otoño de 1936 los ilustres socios de la burguesía vinatero-cortijera local confeccionaban, entre tacada y tacada de billar, las listas de los fusilables para que el carnicero don Bruno les hiciera el trabajo sucio de limpiar su ciudad de republicanos para unas cuantas décadas. Y cuyos descendientes, que no heredaron sus culpas, pero sí su poder y su patrimonio, recrecido por la rapiña subsiguiente, siguen dominando junto con La Iglesia (ranciedad de ranciedades) desde el mismo lugar algunos de los principales resortes económicos, sociales y hasta políticos del lugar.

La lista de ponentes es fastuosa, desde gente que no tiene nada que ver con el tema, como el coñólogo católico Juan Manuel de Prada y el diplomático Inocencio Arias, sí, el que defendió en la ONU las tesis del gobierno español del PP de que Irak tenía armas de destrucción masiva para justificar la cienmiliaria matanza de civiles y la casi completa destrucción subsiguiente, esta sí que verdaderamente masiva, de ese país, hasta lo más granado del Movimiento Nacional historiográfico, como el falangista González Saus, la catoliquísima Gloria Lora y el derechista, aspirante a la medalla-prefijo de ultra, Calvo Poyato, pasando por historiadores solventes de los que se me escapa el papel que se les asigna en ese aquelarre naci-onalcatólico, como el catedrático de Antigua Rodríguez Neila y el arabista Rafael Valencia.

Mientras tanto el esperanzador simposio que la SEEA (Sociedad de Estudios Árabes), como entidad organizadora, anunció en febrero que se iba a celebrar en Córdoba en noviembre en la sede de Casa Árabe ha sufrido una extrañísima mutilación. El tema, anunciado bombásticamente, iba a ser el trato que se le dio y se le está dando a la Mezquita-Catedral y su fin el de difundir y debatir ese asunto que interesa y preocupa a los arabistas. Iban a venir arquitectos, arqueólogos, epigrafistas, arabistas, medievalistas, historiadores, historiadores del arte, etcétera, para debatir e intentar acordar y sugerir una serie de puntos y actuaciones, sobre el monumento más visitado de Córdoba, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. O sea a intentar remover desde el lado no confesional del mundo académico los cimientos de las argumentaciones de los defensores, en su mayoría confesionales, de la Iglesia Católica.

Este simposio ha sido esperado con muchas expectativas por los laicistas de la ciudad porque iba a suponer un simple, justo y necesario contrapeso a la Brunete mediática que el cabildo ha puesto a su servicio en la ciudad para defender sus tesis sobre su derecho a la propiedad y el de manipular el ADN y la historia del monumento como le venga en gana. Absolutamente toda la prensa convencional de la ciudad, salvo un par de medios, Cordópolis y Paradigma Media, viene apoyando sin fisuras las posturas del cabildo, aunque de vez en cuando alguno de ellos dé conveniente cabida a algún artículo de opinión contraria para que no se note demasiado. Pero sobre todo lo iba a suponer para contrarrestar la febril actividad académica del cabildo, dentro y fuera de la propia Mezquita, que incluso fundó ex profeso un foro permanente, el Foro Osio, con el propósito de que cíclicamente unos expertos neutrales respalden de manera inequívoca sus tesis. Normalmente tan neutrales como los que participarán en el foro anunciado por el ABC.

Ayer, a una semana de celebrarse el simposio, aparecía una noticia en prensa en la que se comunicaba que el contenido anunciado, el estudio de la Mezquita, desaparecía radicalmente del mismo y se sustituía por otros contenidos que no tienen absolutamente nada que ver con aquel. El representante de la SEEA declaró a ese medio que su junta directiva, tras una votación interna, había decidido dar marcha atrás con el argumento de que no se sienten autorizados a opinar sobre el tema porque carecen de elementos indispensables para hacerlo, concretamente no tienen acceso a la documentación del cabildo y no son expertos en temas jurídicos. Sólo hay que volver unos párrafos atrás y recordar que iban a venir arquitectos, arqueólogos, epigrafistas, arabistas, medievalistas, historiadores, historiadores del arte, etcétera… ¿No los han encontrado? Porque la excusa de que no tienen acceso a la documentación del cabildo, es decir la que el cabildo dice que posee, es un hándicap insalvable para cualquier investigador que lo necesite para lo que quiera que sea, a no ser que cuente con las simpatías del feroz cancerbero del archivo. Lo denunciaba el otro día uno de los historiadores que elaboraron el informe encargado por el ayuntamiento, Juan Bautista Carpio, en un post en el que estallaba contra los agradaores del cabildo que lo venían insultando y vejando desde diferentes medios desde que salió el informe: que nunca pudo consultar documentos de ese archivo cuando realizaba mi tesis doctoral porque nunca me dejó entrar Nieto Cumplido. Yo mismo doy fe de que mi profesor de Historia Moderna de la facultad de Córdoba en 1978 me recomendó cuando le expuse mi intención de elaborar mi tesina, que procurara no necesitar la consulta del archivo catedralicio.

A ver si va a resultar que esas razones no son tales y sólo son una vulgar (y mala) excusa. A ver si pensábamos que los tiempos de Monsignore Castillejo, que dominó como un capo siciliano la ciudad durante treinta años se habían ido para siempre. A ver si resulta que el brazo del cabildo sigue siendo tan largo como entonces y alcanza mucho más lejos de lo que pensábamos. Y como no tenemos razones para pensar que llegue hasta la SEEA, una institución que no tiene apenas que ver con la ciudad, es probable que la imposición de ese cambio venga desde otra instancia en la que sí que haya constancia de que el brazo del cabildo llega cómodamente… Por ejemplo… la anfitriona del simposio. CASA ÁRABE. ¿Tenemos motivos para pensar que Casa Árabe pueda ser la responsable de esa extraña mutación en el contenido del simposio? Alguna cosilla hay por ahí. Veamos…

Esa interesante institución sufrió un profundo cambio con la llegada al gobierno del PP, que defenestró a la primera directora y alma del proyecto Gema Martín. Muchos a ese profundo cambio lo llamamos profunda derechización. Lo expresó muy claramente el diplomático López Busquets que la sustituyó y que se permitió arremeter –nada diplomáticamente– contra su antecesora. En esta entrevista, si se sabe leer entre líneas, aparece muy bien el asunto. Desde entonces y hasta ahora la institución está dominada por directrices que provienen directamente del partido de la gaviota y tiene como orden suprema evitar absolutamente cualquier conflicto, principalmente con las satrapías árabes y con Israel. Y con la Iglesia, con la que además está a partir un piñón en su sede cordobesa. Un ejemplo: cuando el obispo exigió a las autoridades que se cambiara la señalética eliminando el término mezquita como él mismo había hecho en la que de él dependía y en los folletos y solicitó y consiguió de Google que lo eliminara de sus mapas, en la ciudad se elevó un clamor de protestas. Y se esperó que Casa Árabe se manifestara. No sólo no lo hizo, sino que participó activamente por aquellos días en la organización de los fastos del cabildo para conmemorar el 775 aniversario de la consagración DE LA CATEDRAL.

Por otro lado, la sede de Córdoba se encuentra en precario. Y los otros copatronos, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía ni pinchan ni cortan, más allá de hacerse cargo de algunas nóminas. Aunque en el caso de la Junta casi mejor, dado el carácter de psicodependiente del obispo del actual delegado de Cultura en su doble condición de católico muy practicante y muy conspicuo cofrade. Subsiste de milagro con la muy interesante programación que le llega de Madrid y la no menos interesante que en materia arqueológica le genera un grupo muy homogéneo de estudios arqueológicos, SÍSIFO, formado por profesores del departamento del ramo de la UCO. Probablemente sin ellos Casa Árabe de Córdoba no tendría mucho más que ofertar por sí misma. Y si alguien duda de que en ese colectivo se sustentan las tesis del cabildo, sólo tiene que escuchar las infames declaraciones que uno de sus principales miembros se aprestó a emitir no hace mucho cuando fue llamado por la cadena de los obispos para que se pronunciara sobre el informe de los expertos convocado por el ayuntamiento. En el post de Juan Bautista Carpio se señala convenientemente. Pero si alguien quiere leer lo que yo mismo le dedique unos días antes AQUÍ puede encontrarlo. Otro de sus miembros, al que se conoce sintomática y cariñosamente como El Arqueobispo, afirmaba no hace mucho en un artículo de prensa, en apoyo claramente de las tesis martiriales de la Iglesia, que los rebeldes del arrabal de Saqunda eran cristianos obligados a convertirse al islam, por supuesto sin aportar ni una sola prueba y, lo que es peor, sin poder aportarla porque no existe.

¿Y por qué ese interés en arrimarse a lo calentito del obispado cordobés? La simpatiquísima profesora de la Universidad de Padua Alexandra Chavarría puede darnos alguna pista en este avance de intenciones que está colgado en la página del cabildo: El conocimiento arqueológico es básico para comprender el pasado de la Mezquita, y es necesario un proyecto internacional que permita de manera seria, rigurosa y moderna el estudio de este edificio, algo fundamental y necesario en el siglo XXI. Universidad de Padua, proyecto internacional, estudio del edificio… ¿Quién querría quedarse fuera de ese festival que patrocinará tarde o temprano nuestro santo cabildo catedralicio y que será quien monte meticulosamente los castings de los participantes?

A ver, pruebas de que haya sido Casa Árabe, siguiendo directrices de Madrid o por cocimiento político local, quien ha doblado el brazo de la SEEA para que se abstenga de meterla en líos con el cabildo en su propia sede, no hay. Pero exactamente por la misma razón que no las hay de que la banca haya presionado al Supremo para que se retracte en la sentencia que la obliga a pagar las costas de notaría de las hipotecas. Y sin embargo...

 

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