(del laberinto al treinta)


sábado, 5 de abril de 2008

ELENA CORTÉS SOMOS MUCHOS (I)

Cuántas veces estando en mi casa reunido con amigos o leyendo un libro o viendo una película mientras las procesiones de Semana Santa pasaban una tras otra bajo mi balcón con su ropopompón de tambores de guerra e histéricas cornetas, su iconografía siniestra y sus atufadores alcaloides dulzones no he sentido la gana de hacerme oír, como normalmente no lo hago: poniendo lo suficientemente alto como para que se oiga bien en la calle alguno de mis discos favoritos, particularmente los de rock más duro, El Sweet Jane de Lou Reed o el One de Metallica de manera que más que hacerles ver a los consumidores de ritos supersticiosos cofrades que hago mi vida normal mientras ellos toman las calles con su extraño botellón, les dijera que lo hago para faltarles al respeto que ellos creen merecer por ser muchos, por ser poderosos y por estar protegidos por unos políticos estúpidos. Mi amigo Juan Sepelio va más allá y sueña con sacar algún día los altavoces de su equipo al balcón y poner, al paso de una procesión, algún disco de tambores de banda cofrade de manera que creara un conflicto rítmico con la banda que tocara en ese momento desde abajo y consiguiera equivocar a los músicos y el paso de los costaleros y sumirlos en una divertida ceremonia de caos y confusión. Y añade que lo haría sólo por hacer una broma y sin ninguna acritú, claro.

Elena Cortés, concejala de educación por Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Córdoba se ha pegado ese gustazo. Bueno, con algo mucho más laig. Colocó un cartel en el que había pintado un enorme NO en su balcón y al paso de una procesión hizo sonar una especie de sirena en el interior de su casa. Como es de suponer el gesto ha molestado tanto a los cofrades que les ha mantenido el hígado engurruñado de ira durante varias semanas y han exigido desde sus púlpitos oficiales, fundamentalmente el grasiento ABC local, y la Asociación de Hermandades y Cofradías castigo ejemplar, destitución y seguro que, íntimamente, llamas del infierno para la insolente.

Como no podía ser menos y aunque parece que ha puesto pie en pared y se ha negado a mostrar sus disculpas públicamente sí que ha reconocido haberlo hecho en privado con los jerarcas cofrades. Yo desde luego considero que en su caso se trató de un acto amablemente gilipollas, no por el hecho en sí, sino porque que la joven concejala debía saber de sobra que tendría que rebajarse posteriormente ante las nucas de caracolilos aceitados obligada por esa especie de Bernarda Alba de traje chaqueta que es su jefa y alcaldesa de la ciudad y que de vez en cuando se ve obligada a llamar la atención de sus deslenguadas y traviesas niñas, por más razón que un santo laico y republicano que tengan.. Pero el gustazo se lo ha dado y eso es lo que le alabo. Aunque es un sueño imposible, a veces veo la ciudad plagada de balcones con NOES colgantes al paso de los macabros desfiles.


Yo en cambio no lo hago por temor a ninguna Bernarda Alba propia sino, primero porque estoy muy mayor para esa clase de provocaciones y segundo sí por temor pero a la propia reacción de los cofrades ofendibles. El fanatismo de índole religioso es el peor de todos y muchos de ellos son muy brutos y creen realmente que el ídolo femenino que pasean vestido y enjoyado como una novia bereber es realmente su madre. Y su sentido del humor, nulo, como corresponde a gente que cree que un ídolo vestido y enjoyado como una novia bereber sea su madre. Así que sus reacciones podrían ser bastante desagradables y dignas de lamentar a posteriori y yo aún le tengo mucho cariño a mis piernas, tal como las tengo por ahora.

Por eso, para salvaguardar los derechos de todos aquellos que consideramos impropio de un estado aconfesional y democrático el que durante una semana los miembros de una determinada confesión religiosa, por muy mayoritarios que sean, cuyas jerarquías se dedican insistentemente a envenenar la convivencia de toda la sociedad extorsionando a las autoridades civiles para que legislen como delito para todo el mundo lo que sólo para ellos es pecado, para que se les conceda el abominable privilegio de enseñar por cuenta del estado sus supersticiones en la escuela, sigo reclamando la necesidad de que se traslade toda la celebración a un lugar acotado para evitar el que se convierta en obligatoria para todos los habitantes de la ciudad. Exactamente con la construcción del PROCESIÓDROMO que ya empieza a ser famoso entre los racionalistas de esta ciudad.



CONTINÚA EN ESTA SEGUNDA PARTE

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me tienes últimamente asombrado. ¿Qué te pasa?

Antes tus entradas eran menos viscerales, más racionales, y variadas. Te falta salir a escupirle a una imagen o pegarle dos patás a un cura o algo así...

Veo que te molesta que una vez al año hagan ruido debajo de tu ventana pero no veo que escribas en contra del botellón en su momento, por ejemplo.

Dices: mi amigo Juan Sepelio va más allá y sueña con sacar algún día....pues que lo haga machote. El individualismo frente a la voluntad u opinión colectiva. Es bueno afianzar la identidad de uno mismo. Adelante.

Elena Cortés, concejala de educación por Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Córdoba se ha pegado ese gustazo. Pues bueno, pues que se aguante con las consecuencias, o es que se esperaba que la aplaudieran. ¿Alguien le hizo las pruebas de alcoholemia? Por cierto, poca educación demostró. Menos mal que tiene una alcaldesa blandita con todos los de IU (así les luce el pelo en las votaciones) pero yo la habría hecho dimitir, no sólo por maleducada y por faltarle el respeto a un número importante de ciudadanos que le pagamos el sueldo, sino por tonta y cobarde.

¿Cuál es el problema de base de las relaciones entre los consumidores de idolatría en la vía pública y los racionalistas? Me sorprende que te incluyas entre los racionalistas, más bien entre los bilistas. Un racionalista estaría haciendo algo mejor que aguantar el ruido debajo de su ventana.

Lo que sí me ha gustado mucho es lo que dices debajo de la foto: Muestra de cómo se celebraba la Semana Santa en la posguerra. Mi abuelo y sus colegas se largaban los siete santos días a un cortijo donde daban cuenta de varias arrobas de vino, organizaban sus propias procesiones etílicas y se libraban del asfixiante ambiente fascista-clerical de la ciudad. MI abuelo es el crucificado.

Esto demuestra lo que siempre ha pasado, al más borracho es al que le gastábamos las bromas más pesadas. Menos mal que eres también descendiente de racionalistas.

Ah, y algo que creo que es falso totalmente: Eso sí, a los jóvenes nos servía de excusa para llegar más tarde a casa y ligar como descosidos. A lo más que se ha llegado en Córdoba es a intentar ligar.

Anda, cuéntanos qué es lo que te pasa de verdad.

Miroslav Panciutti dijo...

"...ídolo femenino que pasean vestido y enjoyado como una novia bereber..."

Me han gustado estas palabras. Y eso que no sé como se visten y enjoyan las novias bereberes (me pongo a averiguarlo).

harazem dijo...

Veo, amigo Chapel, que sigues preocupado por catalogar la raíz de mi “patología”, cosa que te agradezco. Pero o es que te quieres enterar (ye-yé) o es que lo usas como arma para tratar de ofenderme. Lo que me pasa es exactamente lo que digo ahí. Que yo y mucha gente como yo nos sentimos agredidos física y moralmente por la descacharrante, "ostentórea" manifestación de exhibicionismo confesional que una determinada religión (y me da igual cuál, en eso soy igualitario, porque las considero a todas la misma estupidez colectiva) se sienten con derecho a utilizar los espacios comunes durante siete días al año, montando un superpollo de la hostia, y que lo hagan sin considerar la necesidad de pedirnos permiso a los que podemos sentirnos ofendidos por sus muestras impúdicas (por públicas), de irracionalidad supersticiosa. ¿A que no es tan difícil de entender, amigo Chapel? Lo que sí es difícil es lo de tomárselo como una protesta formal, fundada en la legalidad vigente y digna de consideración como resultado de la conculcación de los derechos de una parte minoritaria de la población por parte de la mayoritaria. Eso es lo que no estáis ni siquiera dispuestos a considerar desde vuestra posición de poder generador de votos. Así que los que consideráis una mierda los derechos de los ateos sois vosotros, despreciando olímpicamente nuestras posturas.

Y lo de compararla con el botellón juvenil es una soplapollez como el capirucho de un nazareno si me permites la bordería, pero con el que además me proporcionas munición gratis: yo no sufro el botellón, pero si me tocara protestaría y llamaría a la policía y denunciaría a los responsables municipales que no toman las medidas adecuadas. Pero yo no considero a la Semana Santa al mismo nivel que el botellón. La considero una manifestación mucho más intolerable, porque no sólo es mucho más ruidosa, molesta y generadora de suciedad, sino que contamina la convivencia pública con una imposición confesional que no todo el mundo tiene por qué soportar. Y desde luego si yo hiciera todo eso (llamar a la policía, etc.) por el botellón cofrade sería tomado por los asiduos como un gilipollas, un metepatas o un intolerante.

La fiesta por antonomasia de la ciudad, la feria, se trasladó siguiendo criterios racionales de higiene y respeto a la vida de los vecinos den entorno. Seguro que si en aquel momento se hubiera celebrado un referendum hubiera sido desestimado por un 90% de los cordobeses. Lo único que pedimos es que la Semana Santa se considere una fiesta como las demás y que se le exijan las condiciones de celebración propias de una ciudad de europea del siglo XXI. Cuando además se trata de una celebración de tipo político. Sí, no te rías. Los creyentes mantienen lazos de obediencia más o menos hipócritamente con una Organización parademocrática que vende normas de conducta que afectan a las posiciones políticas de sus fieles. Posiciones políticas que pueden afectar negativamente a mis derechos. Y no tienen el derecho a usar el espacio público para hacer sus manifestaciones de fuerza. Para eso están los polideportivos o los recintos feriales.

En cuanto a lo de la racionalidad. Bueno, yo no digo que los creyentes (en caso de que tú lo seas) seáis irracionales, sino que mantenéis opiniones (creencias) irracionales, basadas en la fe. Eso es todo. Sin faltaros personalmente el respeto a vosotros, sino a vuestras ideas.

En lo de mi bilis. Pues sí, mira, me teneis hasta los cojones y si vosotros os sentís con derecho a atufarme la vida con vuestros yuyus yo tengo derecho a llamaros lo que me de la gana desde este espacio personal en el que además aviso de que se practica el anticlericalismo a tutiplén. Y nombrar a vuestros ídolos por lo que realmente son. Y considerar que vuestras creencias merecen exactamente la misma consideración y el mismo respeto intelectual que los horóscopos del 10 MINUTOS.

Por lo que respecta a la soplapollez de la concejala he de darte plenamente la razón. Fue una cobardía y una niñería si fue voluntario. Seguro que hubiera sido mucho más efectivo hacer declaraciones públicas en la prensa por ejemplo acerca de su oposición al botellón supersticioso cofrade. Pero de dimitir nada. Quien se ofende por un desahogo que alguien celebra en su espacio privado que se joda. Y la sirena salía de su casa y molestaba a los que estaban en la calle. Y no molestó a TODA LA CRISTIANDAD como viene diciendo el grasiento ABC, sino a un puñado de congregantes. Pero a mí me hizo gracia, qué quieres que te diga. Supongo que no nos hacen gracia las mismas cosas. Y por mí y por mi amigo Juan Sepelio no te preocupes. Nunca pondremos en nuestro balcón música que pudiera disturbar vuestras estufefacciones espirituales . Y no porque temamos que los fanáticos nos rompan las piernas, que es un riesgo probable, sino porque no lo consideramos maneras civilizadas. Cuando flipo con la idea de joderos la fiesta sólo se trata de un desahogo entre coleguillas. Que desde luego tú no puedes apreciar en toda su gracia.

Y te aseguro que tras un par de años apreciaríais las ventajas del Procesiódromo del Arenal.

harazem dijo...

¿Encontraste, amigo Miroslav alguna foto de novia bereber? La verdad es que me vino la imagen de pronto y automáticamente a la cabeza al escribir sobre el ídolo femenino de los católicos. Y tú me pusiste en duda. Pero una vez comprobada la exactitud del símil, me quedo más a gusto.

Un saludo, vertiginoso amigo.